Linda Gamlin, “Fósiles y cuentos de hadas” en Evolución.



Los fósiles son huellas o restos de seres vivos conservados en rocas y mineralizados.
El hombre ha estado encontrando fósiles al menos durante 30,000 años. Los cazadores de la Época Glacial los convertían en collares y la idea de que los fósiles tenían propiedades mágicas pudo haber comenzado entonces.
Las creencias mágicas sobre los fósiles llegaron a ser comunes en todo el mundo. Los chinos guardaban diminutos peces fosilizados entre sus provisiones para mantener alejadas a las plagas de los insectos llamados pececillos de plata.
El erudito romano Plinio el Viejo escribió que los erizos de mar fosilizados podían curar las mordeduras de serpiente y asegurar el éxito en la batalla. También recopiló algunos “cuentos increíbles” para explicar los orígenes de los fósiles: por ejemplo, se decía que los fósiles de erizos de mar se formaron a partir de bolas de espuma producidas por montones de serpientes entrelazadas.
Otros desarrollaron teorías para explicar los fósiles en general. Una de ellas decía que la lluvia recogía del mar semillas y huevos de seres vivos. Cuando la lluvia caía y se filtraba por las rocas, las semillas y los huevos se convertían en réplicas pétreas de su verdadera naturaleza. Esto fue un intento de explicar por qué tantos fósiles son claramente criaturas marinas.
Una teoría aún más fantástica, popular desde la Edad Media hasta el siglo XVII, decía que la Tierra tenía su propia “fuerza creadora” o vis plastica, y esta fuerza estaba intentando hacer copias de los seres vivos.
Linda Gamlin, “Fósiles y cuentos de hadas” en Evolución. Biblioteca de la ciencia ilustrada. México, SEP-Fernández, 2002.

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