José Joaquín Fernández de Lizardi Pastorela en dos actos


José Joaquín Fernández de Lizardi



Pastorela en dos actos



Edición y presentación
Felipe Reyes Palacios












UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
México, 2015


Directora de la colección: Lilian Álvarez Arellano
Primera edición: 2015
Fecha de término de edición: 18 de marzo de 2015

D. R. © 2015, Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Investigaciones Filológicas
Circuito Mario de la Cueva s. n.
Ciudad de la Investigación en Humanidades, Ciudad Universitaria, C. P. 04510, México, D. F. www.iifilologicas.unam.mx

Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial Av. del imán núm. 5, C. P. 04510, México, D. F. www.libros.unam.mx

ISBN 978-607-02-6450-4

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la auto- rización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
Esta edición y sus características son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Impreso y hecho en México


Presentación

ara la segunda década del siglo xix, las pastorelas te- nían más de dos siglos de existencia, al decir de los espe- cialistas que han estudiado este género dramático. Habían sido un punto de encuentro, y de mezcla, entre la cultura dominante de los españoles y la cultura subyugada de los in- dígenas que se resistía a desaparecer. Así que cuando José Joa- quín Fernández de Lizardi escribe su Pastorela en dos actos (en 1817), el género se había diversificado dependiendo de quié- nes las representaban y dónde. Existía entonces la pastorela de colegio, la de teatro comercial, la de barrio y la de indios.
Esta explicación es importante para entender los propósitos 7
correctivos que declara nuestro autor en una Nota al final de su cuadernito de 24 páginas, en su edición original: él se refiere a un texto que “se representó públicamente delante de un lucido concurso y con aplauso”, es decir, a una repre- sentación profesional de teatro comercial que, en todo caso, compartía impropiedades con los otros tipos de pastorela.
Rasgo excepcional es, entonces, la ausencia del arcán- gel Gabriel en la Pastorela de Fernández de Lizardi. La lucha entre este personaje y Luzbel había sido la parte central de estas representaciones, no sólo por sus atractivos elementos espectaculares, sino porque en ella los indios veían la lucha entre Quetzalcóatl, como espíritu de la luz, y Tezcatlipoca,


como espíritu de las sombras, deidades que para ellos eran complementarias.
Otro rasgo deliberado en ella es la conducta más o menos moderada de Luzbel, a diferencia de otras pastorelas de aquel tiempo, las cuales eran endiabladas, llenas de diablos, de “es- trofas indecentes”, de blasfemias, de bascosidades y hasta de herejías contrarias a la fe católica. ¿Qué hace entonces Fer- nández de Lizardi con su Luzbel? En principio lo “cristiani- za”, haciéndolo el principal enunciador de los temas bíblicos y dotándolo de un “temor de Dios” tan intenso que se con- vierte en un Luzbel francamente miedoso, un pobre diablo que prefiere escapar, por voluntad propia, de manos de los pastores que lo toman por loco. Pero aunque el autor declara
8 haber evitado las bromas ridículas y pesadas, tenemos aquí al
final del acto primero la falsa comelitona que Luzbel le ofrece a Bato, con la cual le provoca tales desórdenes estomacales que echa por la boca “sapos, culebras y escuerzos”. De paso señalemos que dicha escena coincide con los recursos típicos de las comedias de magia de la época, donde los alimentos y las bebidas volaban por los aires para satisfacer a los golosos o bien para escaparse de ellos.
En cuanto al grupo de pastores, destaca entre ellos la pa- reja de Bato y Gila, siempre en discordia a causa de la eterna gula de Bato y de los escasos medios económicos que tienen para satisfacerla. Otro vicio de carácter moral, los celos, es practicado constantemente por Fileno. En el caso de Bras no


se trata de una falta moral, sino de una excentricidad, la falsa erudición. Por último, se suma a ellos el pobre Bartolo, que padece la carencia física en que más se ha cebado la hilaridad de la comedia a lo largo del tiempo, la sordera. Con cada una de estas galas que “los adornan”, los pastores fastidian cotidianamente a sus esposas hasta la exasperación. Con estas conductas se enfatiza, en el género del que tratamos, la con- dición humana de los pastores, y el viaje que hacen para lle- gar a Belén se convierte en una metáfora del viaje de la vida. Dicho viaje culmina con el símbolo de la Gracia, con la adoración del Niño Dios, que en este caso sólo es representa- do como parte de un misterio, es decir, en una decoración que “deberá ser la más vistosa y lucida”. Como se puede ver desde
el principio del texto, en la lista de Personas que participan 9
en la obra, la Sagrada Familia no está incluida. Ello se debe a que los escritores de la época pensaban que los actores no eran personas dignas de representarlos en un teatro.
Estos autores —Fernández de Lizardi incluido entre ellos— formaban parte de un movimiento cultural conocido como la Ilustración, para el cual la educación era la actividad transformadora más necesaria en ese momento. De ahí que fueran opuestos a las supersticiones y a las demostraciones falsas de la fe católica.
Al cabo de varios decenios, en 1877, le fue impuesto un nuevo título a esta obra, La noche más venturosa, seguramen- te pensando que el título con el que la publicó El Pensador


Mexicano era muy poco atractivo, así que se tomó prestado el de otra obra muy famosa.
Recientemente pudimos confirmar los datos editoriales de la primera edición de esta obra, misma que estaba ex- traviada y que ya localizamos en Londres: Pastorela en dos actos. Por El Pensador Mexicano. Imprenta de D. Mariano de Zúñiga y Ontiveros. Año de 1817.

Felipe Reyes Palacios
Centro de Estudios Literarios



10


Pastorela en dos actos

por El Pensador Mexicano
Léase la nota que está al fin

personas
un ángel menga
luzbel bartolo
bato celfa
gila fileno
bras julia
11

ACTO PRIMERO

Salen Bato y Gila

Bato
Ello es que yo he de cenar haya o no haya.


Gila


¡Qué simpleza!


Bato
O te rompo la cabeza
o me has de dar qué tragar.

Gila
¿Pues qué no te basta, Bato, con toda esa olla de migas?

Bato
Calla, Gila, no lo digas.
¿Qué piensas que yo soy gato?,
¿migas y migas no más
me has de dar toda la vida?

Gila
Es una buena comida. Con ella no enfermarás.

Bato
Pues más que me enferme o muera, más migas no he de comer;
cena muy buena ha de ser, y si no, habrá pelotera.
Quiero comer ensalada, revoltijo, coliflor,


buñuelos, fruta, alfajor,
pescado frito, nogada, 20
un buen lomo de tocino, salchichas y chorizón, sin faltar por conclusión ocho cuartillos de vino.

Gila
¡Ay, qué parco es mi marido!,
¡qué poquito come usté!

Bato
¿Pues para qué me casé
si no he de estar bien servido? 13
Gila
Servirte es mi obligación,
pero apróntame el dinero. 30

Bato
No tengo.

Gila
Pues majadero,
¿para qué eres tan tragón?


Bato
¿Pues ya el gasto no te di?,
¡oh, mujer desperdiciada!,
¿qué has guisado con él? Nada. Puerca, reniego de ti.

Gila
¡Gasto, dices! ¡Voto a tal!

Bato
Gasto digo, Gila impía.

Gila
14 ¿Pues qué para todo el día
40 he de tener con un real?

Bato
Sí, señora, e imagino que algo le puede sobrar.

Gila
¿No es mano de reventar a palos a este mezquino? Con un real este patán quiere comer a lo loco.






Bato
¡Hola!, ¿te parece poco?
Pues hay muchos que no dan ni medio, siendo casados,
para el gasto de su casa, 50
y se les sirve sin tasa
y viven bien regalados.
Ya se ve que es un portento encontrar buenas mujeres;
tú, al fin, como no me quieres, siempre me tienes hambriento.

Gila
Sí te quiero, mentecato, 15
y guisar yo también sé; pero dándome con qué
comerás bien y barato. 60

Bato
¡Miren qué tonta mujer, que pide plata acuñada! La gracia es no darte nada y que me des de comer.
Pero que haya yo de traerte lo que tú me des a mí,
¿qué gracia es? Entonces di,


¿qué tengo que agradecerte? El marido que bonita
70 tiene, como yo, mujer, si él quiere, puede tener todo cuanto necesita.
Yo no quiero tanto, a fe que soy honrado marido; con sólo estar bien comido palabra no te hablaré.
Bien ves no soy importuno por más que decirlo intentes; que habrá maridos prudentes,
80 pero como yo ninguno,
16 pues como el vientre llenara y regalado viviera,
palabra no te dijera, aunque el diablo te llevara.

Gila
Ésos son muchos favores; mucho te debo, marido.

Bato
Tarde los has conocido; pienso hacértelos mayores.


Gila
Pues más que no me los hagas,
si han de ser como ésos todos. 90
Bato
Es que por diversos modos quiero que te satisfagas.

Gila
Ya yo estoy bien satisfecha de tu amor, lo considero; pero dame más dinero,
porque eso es lo que aprovecha.
17
Bato
Ya te he dicho, Gila amada, que yo no tengo dinero.

Gila
Y yo digo que te quiero;
más sin él no se hace nada. 100

Bato
¿Cómo otras lo hacen?




Gila


No sé,

ni comprendo tal arcano; sé que guisan con la mano.

Bato
Mas no, sino con el pie.

Gila
Sí, tonto, pero imagina
que tendrán con qué comprar aquello que han de guisar, pues recaudo hace cocina;
18 mas que tú comer bien quieras
110 sin dar para ello, es locura.

Bato
Darme de cenar procura, y orrémonos de quimeras.

Gila
Pues toma tus migas, Bato.

Bato
Cómetelas, indecente, que si quiero ser prudente




es por salir de ser gato. Migas y migas y migas, migajas y migajón…;
si las como otra ocasión
es mi gusto me maldigas 120
tú, tu madre, tus hermanas, tus sobrinas y tus tías,
cada hora, todos los días, con siglos y años también
desde ora hasta que me muera; y esto aunque yo te viviera como otro Matusalén.
¿Qué es esto?, ¿qué picardía
es la tuya tan infame, 130 19
que gato el pueblo me llame sólo por tu porquería?
No quiero migas, no quiero. No, no, por vida de Bato, que por tal de no ser gato mejor fuera yo carnero.

Gila
Yo perdono tu impericia; pero es muy mal recibido que quiera ser un marido
carnero, pues la malicia 140





dice que animal con cuernos…,
¿sabes tú quién es?


Bato


¿Quién es?


Gila
El que puede tener yernos.

Bato
Pues eso no entiendo, Gila; pero dame qué cenar,
porque al fin con tanto hablar
20 el estómago se me ahíla.

Gila
Apenas habrá tragón, Bato, que no sea salvaje.

Bato
150 Ya me vas dando coraje, zonza, cara de ratón.

Gila
¿Eso me dices a mí?
¿Conque después de no darme


quieres también maltratarme? Noramala para ti.
Basta de tanto aguantar, ya no te puedo sufrir.

Bato
Arre, xo; poco gruñir, porque yo te haré callar.

Gila
¿Qué es eso de arre?, ¿qué piensas 160
que soy tu mula o tu macho? Cuenta conmigo, borracho,
que no aguanto desvergüenzas. 21

Bato
¡Voto a bríos! Si no mirara que es una aturdida loca,
le había de quebrar la boca.

Gila
Eso, si yo me dejara.

Bato
Bestiaza, ¿cómo pudiera librarse de mi fiereza?


Gila
170 Rompiéndole la cabeza.

Bato
¿Y cómo?

Gila
De esta manera.

Le quiebra la olla en la cabeza, quedando Bato todo emblan- quecido de harina, y muy enojado coge la cuchara y corre tras de Gila; la afianza, le pega y ella grita.

22 Bato
Ah, perra, cara de rata, ora me la pagarás.

Gila
Fileno, Bartolo, Bras, corran, que Bato me mata; Menga, Julia, acudid presto; san Elías…, san Moisés…

Salen Fileno, Bras, Menga y Julia


Menga
Por aquí la bulla es.

Gila
Anden aprisa…

Fileno
¿Qué es esto?
Suelta a tu mujer, amigo. 180
Eh, ya basta de pelear.

Bato
No basta, la he de sacar las tripas por el ombligo.



¿A mí?

Gila


Bato
A ti.

Gila
Suelta.


Bato

la he de matar.


No quiero,



Gila


Eso no;

buenas uñas tengo yo.

Bras
Bato, amigo, compañero…

Julia
[Hincada]
Yo, seor Batito, a sus pies, le ruego no se enfurezca. Suéltela ya.

24 Bato
[Suéltala]
190 Que agradezca vuestra súplica cortés, que si no…


Gila


¿Qué había de hacer

el perro cara de anguila?
¿Pues qué yo…?


Julia


Cállate, Gila,


no así vuelvas a encender su enojo.

Gila
¿Qué se me da que se enoje el atontado?

Bato
Mira, macho desbocado, que si otra vez…


Fileno


Bueno está.

¿Por qué ha sido, en conclusión, 200 25
riña tan enfurecida?

Bato
Porque ella es una atrevida.

Gila
Y él es un perro tragón, que con un tiñoso real que me da todos los días quiera gastar gollerías
y comer cual mayoral.


Bato
Es mentira, no prosigas, canalla, desperdiciada;
210 que yo te tengo sobrada y tú sólo me das migas, que ya me duele la panza con tanto atole de pan.

Gila
Pues si no das más, patán, ni para otra cosa alcanza que para migas, tragón, llena con migas el hato.
26
Bato
Ya he dicho que no soy gato.

Gila
No, ni yo soy camaleón.
220 Tomaran otros maridos tener la mujer que tú.

Bato
¿La mujer que yo? ¡Hu, hu! Pues quedarán bien lucidos.
¡Ojalá que te murieras y los diablos te llevaran!


Gila
¿O si contigo cargaran, porque más no me molieras?

Bato
Te  he de repudiar.


Gila


¿Qué espera,

mezquino, glotón, cobarde?
No me lo avise tan tarde. 230

Bato
Echa por ahí, refranera, 27
atrevida, escandalosa.

Gila
Y él, ordinariote, ruin…

Fileno
¿Quieren callarse por fin, o vuelve a prender la cosa?

Bato
¿Pues no la oyen disparar desvergüenzas a millones?


Gila
Razones sacan razones,
¿y por qué me he de callar?
240 Después que como de fiambre, miren cómo me ha golpeado.

Bato
Miren cómo me ha atolado después de matarme de hambre.

Gila
¿Con qué he de hacer de comer si no da lo suficiente?
28
Bato
Trabájelo la insolente, que para eso es mi mujer.

Gila
¿Ya oyen al cara de taba?...

Bras
Vámonos llevando a Bato
250 hasta que pase el mal rato, porque si no, no se acaba nunca el pleito.



Fileno


Dices bien.

Vámonos, Bato.


Bato


No quiero.


Fileno
Anda, no seas majadero, por siempre jamás, amén.

Bato
No quiero ir. ¡Habrá porfía!
29
Fileno
¿Qué tienes aquí que hacer?

Bato
Matar a esa vil mujer,
que para eso que es muy mía.

Fileno
Matarla tú no podrás, 260
porque para eso no es tuya.





Bato
Si quieres que se concluya, suéltame y ya lo verás
si la mato o no la mato.
Tú quién soy no has advertido.

Fileno
Ya sé que eres su marido.

Bato
Pues por eso la maltrato y morirá a garrotazos; porque a la mujer ajena
30 270 se contempla a boca llena,
pero la propia a porrazos.

Fileno
Nunca los hombres de bien han pensado de ese modo.

Bato
Yo soy hombre que hago a todo.

Fileno
Vaya, Bato; vamos, ven.


Bato
Ya ésa es mucha cargazón. No me voy; la he de matar.

Fileno
Y yo no te he de dejar cometer tal sinrazón.

Bato
¡Buena es ésa! ¡Y quién pudiera 280
estorbarlo!

Fileno
Yo podré. 31
Bras
Y yo que te ayudaré.

¿Cómo?

Bato


los dos
De aquesta manera.

Cárganlo Bras y Fileno, y lo meten adentro. Mientras los hom- bres hablan, las mujeres estarán como entreteniendo a Gila, quien hace que no oye a los pastores hasta que lo meten.


Gila
¡Ay, que se llevan a Bato!

Julia
Sin él habrá nochebuena.

Bato
Anda, puerca, y haz la cena porque si no, al fin te mato. [Métenlo]

Gila
¡Ay, niñas, no sé qué haré
32 con este hombre tan molesto,
290 tan goloso, tan mezquino, tan imprudente, tan necio y tan pobre, que es el peor
de los tanes de estos tiempos!
¿Pues no es brava sinrazón que, con un real cicatero que me da, quiere tragar
todos los días mucho y bueno?

Menga
Gila, te sobra justicia;
yo mucho te compadezco.


Julia
Y yo, sobre que es desgracia 300
tener un marido de éstos; si fuera rico, tal vez
serían tus trabajos menos.

Gila
Ya se ve, pues ¿qué trabajos hay donde sobra dinero?
Si fuera rico, con gusto llevara yo sus defectos; pero tan pobre y tan tonto, tan hartón y majadero…
¡Voto a…! ¿Quién me casaría 310 33
con semejante estafermo?

Menga
Y es verdad que las mujeres hacemos mil casamientos
a lo locas, y después entra el arrepentimiento.
Yo, ya sabes, me casé
con Bras: él es hombre bueno, me da todo cuanto gana
y nunca me toca un pelo;
320 pero la verdad me canso


y me enfado mucho al verlo tan lleno de vanidá
porque sabe cuatro textos en latín, no sé de qué, porque yo no los entiendo; mas es cosa de enfadar,
no digo a mí, al mundo entero, oírlo ensartar latinajos
aunque no vengan a cuento.
330 Esto todos le murmuran,
y yo de ello me avergüenzo.

Gila
34 Tienes razón; en tu clase me sucediera lo mesmo;
que aunque una sea tonta, alvierte que es su marido un jumento,
y enfadan otros rebuznos
con tal que no sean los nuestros.

Julia
¡Qué se ha de hacer! En el mundo todos nuestra cruz tenemos
340 que a fuerza hemos de cargar aunque nos lastime el peso. Yo, la verdad, un marido


tengo que no lo merezco. Ustedes lo saben bien:
ya conocen a Fileno, galán, buen mozo, cortés,
no muy pobre y bien discreto; y por no dejar, padece
la tontera de los celos;
pero con tal necedad 350
me cela y con tanto exceso, que no lo puedo sufrir,
ya vida con él no tengo.
¿No me ven qué flaca estoy? Ya parezco un esqueleto.
Seca me tiene el demonio 35
del hombre con sus enredos. Todo lo asusta y lo encela; se azora hasta de sí mesmo.

Gila
¿De sí mesmo?


Julia

Como lo oyes. 360

Gila
¡Qué bien ponderas!

Julia

No es cuento.

Días pasados, al entrar en casa el buen caballero, vio con el rabo del ojo
un bulto en su seguimiento; y creyendo que sería
un rival, de rabia lleno tiró a la puerta un revés con tanto furor y empeño,
370 que en el instante la sangre le escurrió por los dedos, quedándose del dolor
36 el infeliz medio muerto.

Gila
¿Y tú qué hiciste?


Julia


La risa

me retozaba en el pecho; pero por disimular
le dije: “¿Qué ha sido eso?,
¿con quién riñes?” “Con mi sombra”, me respondió muy severo.
380 “¿Con tu sombra riñes?” “Sí,





que pensé que era algún perro, que para robar mi honor
venía a entrarse aquí”.


Gila


Por cierto

que es el hombre temerario.

Julia
Los más de ellos son lo mesmo: unos por carta de más
y otros por carta de menos.

Gila 37
Sólo Celfa me parece
que tiene paz, pues su dueño
no es tan tragón como Bato. 390

Menga
Ni como Bras echa textos.

Julia
Ni es celoso impertinente como mi esposo Fileno. Su marido es algo sordo, pero eso es poco defecto.


Gila
Tomara yo que mi Bato fuera corcovado o tuerto, con tal que no fuera pobre,
mezquino y goloso a un tiempo.

Julia
400 Con razón; y yo tomara que fuera ciego Fileno,
que para ahorrarlo de enojos, sin duda era buen remedio.

Menga
38 Es verdad; yo apeteciera que Bras fuera cojo, tuerto, calvo, manco, jorobado, brujo, leproso, hechicero
y cuanto hay malo, con tal que no fuera tan molesto
410 con sus latines, pues no hay paciencia para atenderlo.

Julia
¿Conque sacamos que todas tenemos un buen cencerro con nuestros buenos maridos?


Gila
Es así; reniego de ellos y de cuantas atontadas apetecen casamientos.

Julia
Sólo Celfa es la dichosa.

Menga
Sí, sólo ella; una entre ciento; pero las demás…


Celfa

Salvaje, 420 39

anda a hablar con los jumentos.

Sale Celfa enojada y Bartolo tras de ella.

Julia
¿Qué es eso, amiga, qué tienes?,
¿quién te ha enojado?


Celfa


Este escuerzo

infernal de mi marido.


Julia
¿Pues cómo? Dime, ¿qué te ha hecho?

Celfa
Nada me ha hecho.


Gila


Ya se ve,

si Bartolo es hombre bueno.

Celfa
¿Qué hombre ha de ser? Es un bruto, un animal, un jumento,
40 430 un pilar, un poste, un banco
y un peñasco hecho y derecho.

Menga
¿Tan sordo es?


Celfa


¡San Jeremías!

¿Quién en Belén ignora eso? No sólo es sordo, sordazo, sordísimo, sordetero, sordotote y protosordo
y archisordo, que es lo mesmo


entre cuantos sordos hay, ha habido y habrá…


Julia


No creo,

Celfa, tus ponderaciones. 440
Celfa
No, Julia, yo no pondero; tan cierto es lo que te digo como hay nubes en el cielo.

Julia
No jures. 41

Celfa
Pues si tú dudas,
¿no he de echar yo juramentos?

Julia
Al que jura mucho, yo por embustero sospecho,
pues siempre busca testigos que apadrinen sus asertos,
lo que prueba que no tiene 450
confianza ni de sí mesmo.






Celfa
Pues, Julia, si yo he jurado en verdá que no es por eso, porque Bartolo es más sordo
que esos montes y esos cerros. Es menester con timbales, con clarines, con panderos, con trompetas, con tambores y con cuantos instrumentos
460 inventó la industria humana hablarle, si se pudiera,
por fortuna, hablar con ellos.

42 Gila
¿Tan sordo es?


Celfa


Algunos días

lo está, amiga, en tal extremo, que es más fácil te conteste
un burro, una piedra, un muerto, que Bartolo. La otra noche
cayó un rayo en el terreno de mi casa; mas tan grande
470 fue el estallido y estruendo, que pensé se desplomaban


sobre nosotros los cielos. Todos, gentes y animales,
nos quedamos medio muertos del susto; sólo Bartolo
no se asustó; muy sereno me dijo: “Anda mira al gato, que creo salió del brasero
y habrá tirado alguna olla,
según el ruido que siento.” 480
¿Qué tal será?

Gila

¡Pobrecito!

lástima de su mal tengo. 43

Celfa
Yo también; es mi marido
y hombre de bien en extremo; pero a ocasiones me enfada, porque soy de carne y hueso.
Yo no quiero que me crea por lo que dicho les tengo; hablen un rato con él,
a ver si a pocos momentos 490
no se desesperan.



Menga


Sí,

desengañarnos queremos. Señor Bartolo, señor [grita],
¿cómo está usted, compañero?

Celfa
Así no; grítenle más,
porque eso es perder el tiempo.

Julia
Señor Bartolo, decimos,
¿cómo va?
44
Celfa
No está bueno eso.
Levanten la voz mejor.

Julia
500 ¿Cómo, si ya no podemos?

[Cada vez han de gritar con más fuerza mas que aturdan la casa]

Celfa
Hagan por poder, quizá las oirá gritando recio.


Julia
Señor Bartolo, señor; díganos: ¿está usted bueno?

Celfa
Eso, amigas, es lo mesmo
que hablar a un palo en secreto. Levanten la voz.


Julia


¿Qué más,

si ya me duele el pescuezo? Grítale tú, Gila.
45
Gila
¡Amigo!
[Da un grito muy recio]
Señor Bartolo: ¿está bueno? 510

Celfa
Ese grito es regular.

Bartolo
Sí, señora, poco ceno, porque me hace mucho mal la noche que así me excedo.


Gila
De su salud me ha de hablar, que en lo demás no me meto.

Bartolo
Es cierto que a empadronar ha convocado el decreto del césar, y la verdad
520 que es preciso obedecerlo.

Gila
Mas preciso es dejarlo.
¡Caramba, qué hombre tan terco!
46
Celfa
Julia, háblale tú, quizás te oirá mejor.


Julia


Ni por pienso;

estoy harto convencida y te creo sin juramento.

Celfa
Pues tú, Menga.



Menga

Yo tampoco

quiero enfermarme del pecho. Sobre que es un tronco.



Vaya,

Gila

si es más fácil que oiga un muerto. 530
¡Pobre de ti!

Julia
Pobrecita
de Celfa, con tan gran leño.
47
Gila
No ha mucho que te tuvimos por feliz; mas ahora veo
cuán fácil es engañarnos siempre en el negocio ajeno.

Celfa
Por eso dice el refrán, y sin duda con acierto:
más sabe el loco en su casa
que en las ajenas el cuerdo. 540


Julia
Es verdad…, más allí viene un lucido forastero.
¿Quién será?

Menga
¡Buena pregunta!
Aquí, ¿quién ha de saberlo?

Julia
Nadie; pero yo no sufro
el dudarlo mucho tiempo.

48 Celfa
Ni yo, pues a la verdad ya rabio por conocerlo; en cuanto se acerque más
550 me voy a informar del mesmo.

Julia
Harás bien, por más que digan que somos curiosas…

Sale Luzbel, galán vestido de negro con banda, garzotas y za- patos encarnados; bastón y sable en la cinta.




¡Cielos!,

Luzbel

si es cierto que reveláis a veces muchos secretos
a los humildes que ocultos tenéis al sabio soberbio, yo lo sabré; disfrazado
hoy entre esta gente quiero averiguar si ha nacido
el Mesías que tanto temo. 560
Yo, a la verdad, dudo mucho se verifique portento
tan extraño; me parece un imposible que, siendo la naturaleza humana
un tosco barro grosero, tan despreciable y tan vil, se revista de ella el Verbo, haciéndose el inmortal pasible, y el ser de siervo
tomando el que es absoluto monarca del universo.
Esto, a la verdad, lo dudo;
¿qué es dudarlo?, no lo creo, pues no puede todo un Dios abatirse a tal extremo


que vista el villano traje
del hombre, ruin y perverso;
del hombre, esto es, de una masa
580 vil y corrompida a un tiempo por la culpa de un maldito
de su Criador, de un protervo, de un ingrato, que de Dios traspasó el primer precepto, olvidando que a su imagen
lo formó con tanto esmero; de un pecador que se ve hoy a la muerte sujeto, esclavo de mi furor
50 590 y vasallo de mi imperio.
Todas estas nulidades
que en el hombre considero, están en contradicción
con la unión que no comprendo.
¿Cómo será el inmortal mortal y pasible a un tiempo?
¿Cómo el Justo ha de tener de pecador el aspecto?
¿Cómo el que no tiene fin
600 se sujetará [a] tenerlo,
pues el hombre acaba al punto que se disuelve el compuesto?


¿Cómo será un hombre Dios?
¡Oh, arcano que no comprendo, pues es lo mismo que ser
día y noche a un mismo tiempo!
¿Pero el que no entienda yo tan admirable portento prueba que no puede ser?
¡Ay de mí! ¡Triste argumento! 610
Dios es todopoderoso; de nada hizo el universo;
cuanto quiere puede hacer, y si su amoroso empeño
se extendiese a redimir
al hombre del cautiverio 51
en que lo tiene la culpa,
claro es que hallara algún medio eficaz; ya los profetas
cuál éste sea predijeron, 620
y acordes todos convienen en que bajará del Cielo
el Mesías, el Prometido
en la ley… ¡Oh, qué tormento!,
¡qué ansia!, ¡qué rabia!, ¡qué pena! Por más que quiera no puedo lisonjearme con que acaso
no llegará el cumplimiento





de las profecías sagradas
630 que tan inmediato temo; y más cuando tan prolijos a los profetas advierto, que no sólo la venida
del Mesías predijeron, sino que determinaron
(¡oh, con qué dolor me acuerdo!) claramente la familia
de que ha de nacer, diciendo que será hijo de David.
640 Pero qué más, si hasta el tiempo y el lugar profetizaron
52 en que será el nacimiento
de este hombre Dios, que vendrá a desolarme mi reino.
En el Génesis se lee
que ha de venir…, ¡oh, yo tiemblo!, que ha de venir cuando falte
rey o jefe al pueblo hebreo de su nación. Ya muy cerca
650 temo yo su advenimiento, puesto que al césar romano viven los judíos sujetos,
sin que entre ellos reconozcan ningún príncipe supremo.





Por el profeta Miqueas sé…, ¡más valía no saberlo!, que será Belén de Efrata
cuna de Dios hombre… ¡Oh, tiempo!,
¡oh, lugar!, ¡oh, profecías!,
¡oh, justo Cielo!, ¡oh, Infierno! 660
Los profetas, inspirados por Dios, esto predijeron;
Dios es siempre en sus promesas infalible; ¿luego es cierto
que vendrá el Mesías? Yo rabio, yo me agito y desespero
al ver que la consecuencia
de este terrible argumento 53
no puedo negar. Ya estás,
Luzbel, en Belén de Efrata; 670
ya no tiene el pueblo hebreo jefe propio; ya la paz
reina en todo el universo, y ya, sin duda, ha llegado
o está muy cercano el tiempo de mi ruina. ¿Más no basta, no basta, divinos cielos,
que me aseguréis mi mal, sino que hasta del consuelo
de saberlo me privéis, 680


si es que puede ser consuelo saber el mal que amenaza
y no poder precaverlo?
¿Qué he de hacer? De estos pastores me he de informar, a ver si ellos saben algo más que yo
de estos temibles portentos.
—Villanas de estas montañas, yo os saludo…


Gila


¡Qué grosero

690 modito de saludar
54 tiene el señor extranjero! Villanas nos dice…


Julia


Calla,

es rico; disimulemos.
Con bien venga. —¿Qué nos manda?

Luzbel
Serviros es mi deseo.

Julia
Mira qué hombre tan discreto.







Luzbel Hermosísimas zagalas, ninfas de estos arroyuelos y cifras en donde todas
las gracias se ven a un tiempo: 700
¿no me diréis dónde estoy?

Julia
En Belén.
Bien se conoce, señor, que sois extranjero en estos países…
55
Luzbel
Así es. Soy de muy lejanos reinos.

Julia
¿Os venís a empadronar?

Luzbel
Yo del césar no respeto las órdenes, porque soy mayor que él.




[Aparte]

Menga

¿Escuchaste esto?

Gila
Y muy bien.

Luzbel
710 Sólo he venido
a ver estos lugarejos por curiosidad, y traigo no sólo mucho dinero, sino joyas y vestidos
56 que son para vuestro sexo
del más exquisito gusto.

Julia
¿Y muy caras?

Luzbel
Como tengo muchas, yo os ofrezco dar las que os gusten.


Julia


¿Y a qué precio?


Luzbel
De balde

Julia
¡Ay, qué cortesano! 720

Celfa
¡Qué liberal!

Menga
¡Qué discreto!

Gila
¡Qué buen mozo!... 57
Salen los pastores con Bato, trayéndolo de la mano y haciendo mucha bulla.

todos

Viva Bato,

viva su humor y su ingenio.

Fileno
Pues ha perdonado a Gila sus retobos.


Mas, ¿qué es esto?
[Miran a Luzbel, y se detienen como asustados]

Julia
Reniego de estos patanes;
a qué mal tiempo vinieron.

Luzbel
¿Quiénes son estos villanos?

Julia
De decirlo me avergüenzo.

58 Luzbel
730 No hay para qué; ¿quiénes son?

Julia
Los necios maridos nuestros.

Fileno
¡Hola, Julia!, no me agrada que estés hablando en secreto con ese hombre…


Julia


Si no es hombre.






Fileno
¿Pues quién es?


Julia


Un caballero

muy galán, muy comedido, muy afable, muy atento, muy liberal, muy cortés
y muy rico.

Fileno
Por lo mesmo
que es tan muy, no me acomoda 740
que le hables; pues en efecto 59
yo también soy muy celoso, muy desconfiado, muy terco, muy amigo de la paz,
muy enemigo de enredos, muy tu marido, y si acaso no obedeces, protesto darte con este garrote muy buenos palos…

Luzbel

Grosero,

villano, ruin… 750


Fileno
Todo eso es lo de menos, lo de más es ser marido,
y que hable con vos no quiero. Vamos, Julia.


Julia


A Dios, señor.

Con qué rabia te obedezco.
[Vanse Fileno y Julia]

Bato
Esto es lo que debe hacer
60 el hombre que los gregüescos se sabe amarrar. Tú, Gila, vete también allá dentro.

Gila
760 Ahora sí; ¿de cuándo acá tan celoso te me has vuelto?

Bato
No tenía de quién celarte,
mas ahora hay lobo en el cerro; vete de aquí, pues si no,
he de hacer un escarmiento.




Bras
Muy bien dicho.

[A Menga] vete de aquí,



Tú también


[A Celfa]

Celfa

y tú…




¿Qué es esto?

Pues a mí sólo Bartolo me manda.
61
Bras
Ya lo sabemos;
pero es sordo y el pobrete, 770
como no conoce el riesgo, no puede evitarlo. Así nosotros lo excusaremos.

Bras y Bato
Fuera, fuera las mujeres.
Vayan allá con Fileno y déjennos aquí solos
con el señor, que por cierto


que, no habiendo faldas ya,
de hombres a hombres lo veremos.

Celfa y Menga
780 Por no oíros desatinar nos vamos.
[Vanse]

los dos
Sí, muy bien hecho.

Bras
Ya estamos solos, señor;
62 ¿qué mandáis?


Luzbel


Todo el objeto

de mi venida es vender unos muy ricos efectos que traigo.

Bras
¿Sois mercader?

Luzbel
A lo menos, compro y vendo.


Bras
¿Y qué compráis?


Luzbel


Yo, noticias.


Bras
¡Noticias! ¡Es raro empeño!,
¿pues qué cosa hay más barata 790
ni que se dé a menos precio? Yo soy, sin duda, un costal de noticias.
Luzbel 63
Lo veremos.
He aquí este hermoso brillante.

Bras
¡Qué bello es!


Luzbel


Pues será vuestro

si me sacas de una duda
que ha muchos años que tengo.


Bras
Quaerite jam: festinate
que trato de responderos,
800 sobre que soy el Apolo
y el sabio de aquestos cerros.

Luzbel
Según eso, ¿entenderéis cuanto los profetas vuestros predijeron?

Bras
Sí, señor;
64 de pe a pa, de verbo ad verbum,
sé todita la Escritura
y la tengo aquí en los dedos. Sé el Génesis, el Déuteron, el Levico, el Pentateco,
810 el Paralipomenón,
el libro de los Proverbios, el Eclesiastés…


Luzbel


Ya está,

ya vuestro saber penetro.
¿Sabéis si ha nacido ya







el Mesías que predijeron vuestros padres?


Bras


No, señor,

¡qué testimonio tan feo!
Ni mis padres, ni mis madres, ni mis tíos, ni mis abuelos
se metieron en decir 820
del Mesías nada de eso. Sólo sé que anda un runrún días hace por el pueblo,
de que al fin ha de venir 65
ese Señor de los Cielos para redimir al hombre del Demonio…

Luzbel

Vete necio,

o entre mis manos…

Bras

A Dios

de brillante, volaverunt.

[Aparte]

Bartolo

830 ¿Pues qué le sucedió a Bras, que se ha ido tan corriendo?

Luzbel
Ven acá, tú.

Bato
Éste es muy sordo.
Grítele su mercé recio.

Luzbel
66 ¡Sabes tú algo del Mesías?

Bartolo
Téngalos usted muy buenos.
[Aparte]
Si me da los buenos días es preciso responderlos.

Luzbel
¿El prometido en la ley ha nacido?


Bartolo
En cumplimiento
de las órdenes del rey 840
han venido de muy lejos.

Luzbel
¿Sabes si está por nacer
el que tus padres dijeron?

Bartolo
Sí, señor; ¿qué se ha de hacer sobre que el Diablo es el miedo?

Luzbel 67
Villano, aparta de aquí; no así burles mis intentos.

Dale un palo y Bartolo corre agarrándose la cabeza.

Bartolo
¡Ay!, que me ha descalabrado el maldito forastero.
[Vase]



Luzbel
Ven acá, tú.

Bato
850 Espere usted,
no me dilato, ya vuelvo.

Luzbel
Detente, luego te irás.

Bato
Es que voy a ver mis perros.


68
Espera.

Luzbel


Bato
Es que voy a ver a mi pobre compañero.

Luzbel
Aguarda.

Bato
Es que la verdad, señor, tengo mucho miedo,


y es que me voy a cenar
porque es que de hambre me muero.

Luzbel
¡Cuántos esques! ¿Es posible 860
que de la gloria que pierdo estos necios algún día
sean moradores eternos?
¡Qué dolor!

Bato
¿Qué os duele?


Luzbel

69
Nada.


Bato
Pues a mí sí. Ya no veo
de hambre. Espéreme un poquito, que voy a cenar y vuelvo.

Luzbel



Bato


¿De cierto?


Luzbel
Sí, y lo que quieras.

Bato
870 Alón;
pues entonces ya me quedo. Pero, señor, vuestra casa estará de aquí muy lejos.



70 Sí está.

Luzbel


Bato
¿Pues dónde vivís, señorito?

Luzbel
En los infiernos.

Bato
Pues ya me quiero ir más breve, porque de aquí a que lleguemos





ya me morí en el camino de hambre y cansancio.


Luzbel


Aquí mesmo

cenarás con amplitud, 880
que yo muchos criados tengo que te sirvan a tu gusto.

Bato
¿Dónde están, que no los veo?

Luzbel
Ni es menester. 71
[En voz alta como quien llama]
¡De cenar!

Baja por lo alto una mesa bien habilitada, Bato se espanta y, rodeando la mesa, come a dos manos, según dicen los versos.

Bato
¡San Moisés! ¿Qué es lo que veo?
¿Por dónde? ¿Cómo? ¿Quién trajo esta cena? ¡Qué portento!
¿Sois algún mago, señor, algún diablo o hechicero?


Luzbel
890 No te importa; come aprisa.

Bato
Dices bien; aprovechemos esta coca, porque no,
no todos los días hay de esto.

Luzbel
Come, Bato, pero advierte que si malicioso o necio, después que cenes, me niegas lo que yo saber deseo,
72 los manjares que comieres
serán para ti veneno.

Bato
Está muy bien.

Luzbel
900 Pues, amigo,
cena a gusto que ya vuelvo.
[Vase]

Bato
Váyase usted noramala,


que ya pierdo mucho tiempo;
¿pero qué le diré yo,
si maldito lo que entiendo de cuanto quiere saber?
¿Mas agora qué importa eso?
Lo que importa es el meter
el buen día en casa. Cenemos,
que en cenando ya después 910
lo demás es lo de menos.
No hay duda, esto está excelente, opíparo, rico, bello.
¿Quién me dijera que había de topar tan buen festejo?
¡Qué bueno está este jamón! 73
¡Ay, que el chorizo no es menos!
De la espaldilla se escurre la manteca por los dedos,
por ella he de comenzar. 920
¿Mas cómo?, si soy hebreo y de animales inmundos por la ley comer no puedo.
¿No puedo, digo? Todo es hacer la prueba; veremos si puedo comer o no;
vaya, albricias, qué bien puedo, no sólo comer, tragarme


un cochino todo entero.
930 Las salchichas no están malas; el pan está de lo tierno…
¡Caramba!, ¿quién había visto el mantequillado queso?
Agora la pagarás;
¿quién te manda estar tan bueno?
¿Croque éste es pescado? Sí; y es salmón, sardina y mero.
Éste es asado y está
rico y sabroso en extremo.
940 Éste es un revoltijillo de camarón y romeros.
74 Ésta es nogada, y el plato
que me agrada más por cierto. Todo está delicado,
ni sé qué comer; ¡qué presto me voy llenando! ¡Ojalá
del tamaño de un gran cerro fuera mi barriga! Entonces no dejara ni los huesos.
950 Pero falta lo mejor; los malditos cocineros
se han olvidado del trago, y sólo comer no es bueno,
¿qué demonios? ¡Voto a tal!,


que quisiera conocerlos para darles muchos palos
por su descuido… ¿Qué es esto?, por los aires ha bajado
un botellón. A buen tiempo
ha venido. ¿Qué será? 960
[Échase un vaso]
¡Hola!, que es vino y añejo; es menester repetir
otro trago y otros ciento.
[Bebe]
¿Han visto el diablo del vino qué exquisito es? Comeremos
esta presa, ¡buena está!, 75
bien asaron el carnero. Probaremos los frijoles…; son ayacotes y negros.
Más vino. Sí, lo mejor 970
es un trago del añejo.
¿Qué más quieres, Bato? Nada, tengo el estómago lleno.
No, tonto; come sin tasa, porque no se encuentra de esto cada rato. Eso es verdad;
pero si ya estoy muy lleno; no obstante yo no sé hacer


desaires. Picaré de esto,
980 y de esto, y de aquel guisado, y de este plato, y de aquello. Esto ya es mucho comer.
Bebamos, pero con tiento…
¡Qué tiento!, si se resbala el vino por el garguero… Ya estoy lleno, la verdad; ya no puedo, ya no puedo;
¿pero qué, se han de quedar sin su parte los buñuelos?
990 No puede ser, sóplome éste por ser el más chico. Aprieto.
76 [Saca un buñuelón muy
grande y se lo come]
Ya no quiero comer cosa
que abulta mucho y es viento.
Vaya un chorizón…; mas ya a la verdad que no puedo comer más. Desde la panza hasta el gaznate estoy lleno, y si ataco más, sin duda
yo reviento sin remedio.
1000 Más vale dejarlo ya.
Sí, mejor es lo dejemos, porque si como otra cosa


no podré contar el cuento.
¿Mas qué le responderé al liberal extranjero
que me ha dado qué cenar?
¿Pero quién me mete en eso?
Él no parece; me iré
con disimulo escurriendo.
¿Y si me encuentra? ¡Ay de mí!, 1010
me contaré con los muertos.
¿Mas luego me ha de encontrar?
Quizás no, y en tal evento me fingiré muy borracho y saldré bien del empeño,
puesto que con un borracho 77
ni el Diablo quiere su pleito.
Voyme, pues…
[Al irse, sale]


Luzbel


¿A dónde vas?




[Aparte]

Bato

Del Diablo ha sido este encuentro, fingirme borracho importa. 1020


Luzbel
¿Qué dices?

Bato
Es un secreto…

Luzbel
¿Qué secreto?


Bato


Sí, señor,

me voy porque tengo sueño.

78 Luzbel
¿Qué tienes?

Bato
Sueño, señor, y la verdad estoy ebrio, incapaz de contestar
con gentes de cumplimiento.

Luzbel
Vaya; dime si es que sabes…







Bato
Yo nada sé, forastero…; estoy borracho.


Luzbel

bellacón.

No hay tal, 1030


Bato
Conque me bebo un botellón del tamaño
de todito el universo.
79
Luzbel
Ningún licor has bebido, ni has cenado sino viento, pues en tu imaginación
se ha fingido el embeleco.

Bato
¿Embeleco? ¡No es capaz!, sobre que chupé los huesos;
por señas que estaban guapos 1040
el cochino y el carnero.


Luzbel
¿Pues luego no estás borracho, puesto que te acuerdas de eso?

Bato
[Aparte]
¡Qué diablo!, ya me cogió; no respondo al argumento.
—Señor, no estoy muy borracho; pero sí estoy como debo.

Luzbel
¿No me dirás del Mesías
80 qué sabes?

Bato
Nada, por cierto,
1050 sino lo que dicen todos, escribas y fariseos.

Luzbel
¿Y qué dicen?


Bato


Que vendrá

por fin el felice tiempo


en que venga el prometido a libertar a su pueblo.

Luzbel
¿Pero de ese tiempo tienes alguna señal?


Bato


Sí tengo.


Luzbel
¿Y cuál es?

Bato 81
Ai’stá el negocio, que agora no me acuerdo.
Un día que en la sinagoga 1060
me metí, yo oyí que dijeron no sé qué de las semanas
de Daniel…

Luzbel
Con eso tengo.
Ese profeta predijo
que había de venir el Verbo



después de que se cumplieran setenta hebdómadas…


Bato

de drómadas sí que yo


Eso

juro que en la vida entiendo.

Luzbel
1070 Setenta semanas de años.

Bato
82 Como si hablarais en griego. Aunque si hablamos en verdad, el cálculo está muy bueno; porque…

Luzbel
Espera: ¿no me dices que no entiendes nada de esto?,
¿pues cómo tan ignorante criticas?

Bato
Por eso mesmo.


¿No sabéis que es cosa fácil criticar?

Luzbel
Ya bien lo veo.

Bato
Pues no tenéis que admiraros 1080
cuando se calla por viejo, que dos tontos hablan más
de aquello que entienden menos.


Luzbel
Tú dices muy bien.

Bato



83


Cabal.

Sobre que tengo talento; por eso digo que está
el cálculo muy bien hecho, pues si setenta por diez multiplicarlos queremos,
nos resultarán setenta 1090
otra vez…

Luzbel
¿No setecientos?


Bato
Es verdad, me equivoqué;
se me había olvidado un cero; bien que esta equivocación
es de muy poco momento
¿pues qué repara, señor, en un cero más o menos?,
fuera de que aunque sea así, el cómputo está completo,
1100 pues sabemos que en guarismo de nada valen los ceros;
y supuesto que no sirven en regla de buen comercio,
84 tanto vale un siete solo
como setenta, y aun creo que como setenta mil,
puesto que no hablan los ceros. Ya verá, pues, su mercé,
si mi cuenta…


Luzbel


Basta, necio,

1110 basta; no provoques más mi furor; yo ya te dejo, convencido de que nada
vale mi astucia y mi empeño


para descubrir lo que ocultan de mí los Cielos. Quédate, villano, en fin, quédate, que voy sintiendo haberte hecho poco mal deseando hacértelo eterno. [Vase]

Bato
Noramala para ti, 1120
hocico de loco hambriento.
¡Qué diablo tan preguntón!
¡Miren qué cara de suegro
me puso al punto que vio
85
la fuerza de mi argumento!
¿Qué culpa me tengo yo
de ser doto? ¿Mas qué es esto?
La cabeza se me va;
por puntos me desvanezco;
me arde el vientre; las entrañas 1130
se me abrasan…; que me muero…
¡Ay, qué basca! ¡San Isaac!,
¡san Jeremías!, que me quemo…,
que me acabo…, que me voy;
Bartolo, Gila, Fileno,
que me muero…; corran todos;


favor, favor, compañeros…
¡Ay, ay, ay!

[Salen todos asustados]

Fileno
¿Qué tienes, Bato?

Gila
¿Qué tienes, hijo?, ¿qué es eso?

Bato
1140 ¡Qué he de tener! Miserere,
86 cólico, insulto, tenesmo, mal de madre, apoplejía, rabia, locura, y aun pienso, según la ansia y el dolor,
que tengo un diablo en el cuerpo.

Gila
¡Ay, que se muere mi Bato!

Celfa
No llores; lo curaremos.


Gila
¿Pues no he de llorar, si al fin es mi marido y lo siento?
Pero, ¡ay!, que ya se privó… 1150

Julia
Anda, mira lo que ha vuelto.

Gila
¿Qué ha de ser? ¡Triste de mí! Sapos, culebras y escuerzos.

todos
¿Es posible? 87

Gila
Sí, señores.

todos
No hay duda; todos lo vemos.

Julia
Sin duda lo enhechizó el diablo del forastero.


Gila
¡Ay, pobre de mí! ¿Qué haré?,
¿qué haré sin mi Bato?


Bras


Gestos.


Gila
1160 Déjate de chanzas, Bras, porque no estoy yo para eso.

Fileno
Pues vamos a la cabaña
88 y al albéitar llamaremos.
Gila
¿Al albéitar? ¿Qué es caballo?

Fileno
A falta de curandero,
¿qué hemos de hacer?


Gila


Dices bien.


Bras
Pues llevémoslo corriendo,


cantando en un triste tono cosa que parezca entierro.

todos
[Cantan]
Gori, gori, gori, gori, 1170
que el tragón Bato está enfermo, comiera sólo sus migas
y no se viera en tal riesgo.
[Métenlo cargado]


89




ACTO SEGUNDO

Salen los pastores con su prevención de cenar.

Bras
Bato, ¿cómo va?


Bato

Ya quiero cenar.

Gila


Mejor.


¿Qué es esto?,

¿pues qué tienes apetencia? 91

Bato
Y por qué no, si estoy bueno.

Gila
¿Cómo bueno?, si no ha una hora que ya te estabas muriendo.

Bato
Pues estoy bueno y con hambre; 1180
bien me dijo el hechicero


que no había comido nada y que todo fue embeleco. Vaya, vámonos sentando,
que aprieta el hambre, Fileno.

todos
Lo demás es perder tiempo.
[Siéntanse y tienden su mantel]

Bato
¿Qué tal me pondré de asado esta noche? [Asustado]
¡Santos cielos!
92
Celfa
¿Qué te asusta?


Bato


Una friolera.

1190 El maldito forastero
que ya viene; ¿no lo ven?

todos
¡Ay!, en verdad; y ¿qué haremos?




Fileno
¿Qué hemos de hacer? Es preciso disimular nuestro miedo.



[Sale]

Luzbel

Pastores, segunda vez os saludo.

Fileno
Os agradezco tantos favores, señor,
por mí y por mis compañeros.
¿Gustáis de cenar? 93

Luzbel

Os doy

las gracias, pero no ceno. 1200
Fileno
Pues a lo menos honrad nuestra pobre mesa.

Luzbel
[Se sienta]
Acepto
vuestro favor. ¿Qué cenáis?


Fileno
Es un frugal alimento: ensalada de lechugas, un bien asado cordero
y un poco de pan y vino…
[Se asusta Luzbel al ver la cena]

Fileno
¿Pero qué os sucede?


Luzbel


Tiemblo

sin saber de qué; pan…, vino…,
94 1210 y al fin de todo, un cordero.

[Aparte]

Ay, de mí, que en esta cena un triste presagio veo
de otra que sin duda alguna aumentará mis tormentos.

Gila
Corrido como una mona ha quedado el extranjero.


Bato
Que se lo lleven los diablos. Come, Bras.


Bras


Cena, Fileno.


Bato
A ver el vino, Gililla.

Gila
Aquí está.
[Esto con bulla y gritos]
95
Bato
A boca de cuero 1220
bebamos todos.

todos

Bebamos

con gusto, paz y contento.

Fileno
Vaya, ¿ni un trago de vino quiere usted?


Luzbel
No, nada quiero.

Menga
Pues nosotros sí; bebamos a la salud de Fileno.

Fileno
A la salud de Bartolo y Bras.

Julia
A la de Bato y su entierro.

96 Bato
Vivan las muchachas, vivan.

Bras
1230 Vivan y vamos bebiendo.

Fileno
Estáis muy triste, señor.

Luzbel
¡Sobrados motivos tengo, que me afligen sin cesar!


Fileno
¿No pudiéramos saberlos?

Luzbel
No hay embarazo. Escuchad.

Bato
Atención, que va de cuento.

Luzbel
Nací príncipe heredero del país más afortunado
que se halla en el universo.
97
Fileno
¿Será la Arabia feliz? 1240

Luzbel
Aun es más feliz, por cierto, mi patria.

Fileno
¿Y dista de aquí muchas leguas?



Luzbel

está de aquí.


Sí, muy lejos


Fileno
¿Cómo cuánto?

Luzbel
Tanto como de aquí al cielo.

Fileno
Creo que no está en su lugar el juicio del forastero.
98
Julia
Así parece.

Luzbel
Yo supe
que el Emperador Supremo
1250 quería dar a una villana inferior a mí, en efecto, igual lugar en su corte
al que yo tenía, y ardiendo en envidia, en ira, en rabia
y en los más soberbios celos,






convoqué mis partidarios y me opuse a sus intentos, presentando la batalla
más cruel que vieron los cielos.
Pero, ¡ay de mí!, de la guerra 1260
son inciertos los sucesos…

Fileno
¿Pues qué sucedió?


Luzbel


Perdí

la acción, y con ella a un tiempo 99
la paz, el gusto, el honor y los derechos al reino.
Salí derrotado de él
y años ha que ando gimiendo, sin esperanza, la pena
de mi infelice destierro.

Fileno
Lástima me dais, señor; 1270
mas si vuestro Padre es bueno, tal vez os perdonará
ese gran atrevimiento.


Arrepentíos y pedidle perdón de él.

Luzbel
Eso no puedo; pues es tal mi condición
que yo jamás me arrepiento de lo que una vez concibo.

Bato
Pues tiene maldito geño el diablo del loco.

100 Fileno
1280 Y digo:
si vuestra madre hace empeño, quizás os perdonará
sin que medie vuestro ruego.

Luzbel
Ése es mayor imposible, porque yo madre no tengo.

Fileno
¿No la tenéis?



Luzbel


No, pastor,

ni la tuve en ningún tiempo.

Bato
Echen un trago, muchachos.

Bras
Sí, amigos, vaya, brindemos
a la salud del señor 1290
que nació sin madre.

Gila

Tiento.

101

Cuidado, no tan seguido le des a la bota besos.

Celfa
El pobre de mi sordito no oye, pero bebe recio.

Fileno
Ya que acabamos, amigos, la mesa levantaremos
y nos pondremos en pie, porque se va enfureciendo





1300 el pobre loco, y sentados mal defendernos podremos.

Bato
Dice bien. Arriba todos, y que prosiga su cuento. [Levántanse]

Fileno
¿Conque no venís de Adán?

Luzbel
No, que yo existí primero.
102
Bato
Está el pobre de remate; amarrarlo fuera bueno.

Fileno
Esperémonos un poco,
que para todo habrá tiempo.
1310 Según lo que nos decís,
¿desde luego sois muy viejo?

Luzbel
Ha más de siete mil años que yo vivo.






al señor.

Fileno
Compadezco


Gila
Y yo también, al verlo príncipe huero.

Luzbel
¿Qué decís?


Fileno
Que me lastimo al veros ya sin imperio.

Luzbel
Aunque mi reino perdí, todavía vasallos tengo.

Fileno
¿Y quiénes son?


103



Luzbel

Sois vosotros, 1320

y todos los hijos vuestros.


todos
[Ríen]
Ah, ah, ah, ah…


Luzbel


¿Qué os burláis

de vosotros mismos, necios? Todos los hombres esclavos de mi dominio nacieron, sujetos a mi poder
y marcados con mi fierro.



104

todos
¿Hasta el césar?

Luzbel




Hasta el césar.


Bato
¡Qué aguardamos, compañeros!
1330 Aseguremos al rey…

todos
Al loco, al loco…
[Afiánzanlo]



Luzbel


Teneos,

que vosotros sois los locos, hombres bárbaros y necios.

Bras
Vuestra majestad, señor, dice bien. Aprieta recio la soga, Bato.


Bato


Sí haré…


Luzbel 105
¡Pese a mi furor, infiernos!
¡Que se burle de mí el hombre
tan ruin y débil! ¿Qué es esto?
Mas pues no puedo vengarme 1340
porque los defiende el Cielo,
sepúltenme los abismos
por siempre en su oscuro centro.

Aquí se les desaparece de entre la manos, o hundiéndose por un escotillón o entrándose por entre las cortinas. Entre tanto, habrá amarrado Bato a Bras y a Julia.


Celfa
Bato, amarra bien.


Bato


Ya amarro.


Bras
Mas no a nosotros, jumento.

Bato
¿Pues qué a ti…?, ¿pero qué miro?,
¿en dónde está ese hechicero?

106 todos
De entre las manos se fue.

Bato
¿No lo viste?


Gila


No, por cierto.




¿Ni tú?

Bato







Menga
Ni yo.


Celfa

Ni ninguno. 1350

Julia
Éste es diablo sin remedio.


Fileno
Busquémosle todos.

Bato
Yo





107

lo voy a buscar al cerro.

Gila
No te vayas.

Bato
¿Cómo no?,
si me tiene hecho un veneno.

Vase Bato y todos los pastores fingen buscar a Luzbel.


Fileno
¿Dónde estará este bellaco?

Bras
Él es un gran embustero.

Celfa
¡Mire qué loco maldito!

Bartolo
Si yo lo hallo, le prometo
1360 que me ha de pagar el palo que me dio.
108
Celfa
Y a mí lo mesmo.

Gila
¿En dónde se habrá escondido este cara de becerro?

Julia
Sin duda alguna que el Diablo cargó con él.


Bras


Yo lo creo.


Fileno
¡Eh!, dejemos de buscar a semejante trebejo.

Gila
Mejor es que mientras Bato da vueltas por los oteros,
nos recojamos un rato, 1370
pues ya me muero de sueño.


Bras
¿Qué es dormir? En esta noche no hay alma que piense en eso.

Menga
¿Pues en qué se ha de pensar?

Bras
En cuidar nuestros corderos, pues los perros ladran mucho y el lobo no anda muy lejos.

Celfa
¿Qué más lobo que ese diablo que tanto daño nos ha hecho?





109


Fileno
1380 Pues por la misma razón es bien que agora velemos.

Gila
Pero si no puedo más,
sobre que hasta en pie me duermo.

Menga
Y yo también, la verdad, que por aquí me recuesto.

Bras
110 No puede ser eso, no,
que corre el ganado riesgo.

Gila
Pues y para no dormir,
¿qué hemos de hacer?


Bras


Cantaremos

1390 y bailaremos también.

Celfa
Me parece buen remedio.
¿Pero a secas?



Bras


No, señor.

Voy a traerles mi cencerro.

Celfa
No te tardes.


Bras


En un brinco

vuelvo con él.
[Vase]


Menga
Yo no puedo olvidar de aquel maldito
el traje, la voz ni el gesto.


111




Ni yo.

Julia


Fileno
Cállate, que tú no dejabas de quererlo.

Julia
¿Yo para qué?


Fileno
1400 Para nada;
para comprarle a buen precio las joyas y los vestidos
que te ofreció.


Julia


Me avergüenzo






112

de haber creído que podía darnos cosa de provecho un loco tan vil, un tonto
y un grandísimo hechicero.

Fileno
¿Pero tú lo creíste?



Julia


Sí;

y de ello harto me arrepiento.

Fileno
1410 Tú te arrepientes, porque salió vano tu deseo;
pero si él te hubiera dado alguna cosa, protesto


que hablaras con suavidad del señor don hechicero.

Julia
Te engañas, que de intereses no soy mujer que me llevo.

Fileno
No digo tú, más altitas
se cogen con ese sebo,
que el interés puede tanto 1420
en vuestro tan flaco sexo
que al Diablo le haréis la barba
si el Diablo entra prometiendo. 113

Celfa
Poco a poco, no con todas barra usted, señor Fileno, que yo no soy de ésas, no.

Gila
Ni yo tampoco.


Menga


Yo menos…


Fileno
Basta, basta, zagalejas; yo no señalo sujeto;
1430 hablo en común, y vosotras compráis luego luego el pleito. Algo os duele, pues gritáis… [Sale]

Bras
¡Hola!, aquí está ya el cencerro o la guitarra o lo que es.



114

Julia
Pues nosotros no queremos cantar ni bailar.



Bras


¿Por qué?


Julia
Porque no entendemos de eso.

Bras
Conque después que fui a traer la guitarra…







Gila


Es lo de menos.

Anda, vuélvela a llevar 1440
y ya está todo compuesto.

Bras
Es verdad que…

Sale Bato muy asustado.


Bato


A la cabaña,

al aprisco, fuego, fuego.

Gila
¿Qué es eso?, ¿te has vuelto loco?,
¿qué tienes?

Bato
Muy en mi acuerdo fui a buscar a aquel demonio, causa de tantos enredos,
y buscándolo advertí
que un gran fuego de los cielos
sobre toda la cabaña 1450
se desprendió en un momento,

115


tan grande, que yo del susto no quise volver a verlo
y sólo os vine a avisar,
por si algo escapar podemos; bien que a la hora de ésta juzgo que ya sólo encontraremos hechas ascuas nuestras casas
y ceniza los carneros.

todos
¿Es posible, Bato?

Bato
116 1460 Sí:
en estas cosas no miento.

Fileno
¿Conque todo se ha quemado?

Bato
Todo, sí, montes y cerros; según la luz que yo vi,
ya deben de estar ardiendo.

Bras
Pues vamos todos a ver cómo se apaga este fuego.





Fileno
Vamos, Julia.


Celfa


Corre, Bras.


Julia
Anda, Celfa; ven, Fileno.


todos
Vamos todos, por si acaso 1470
hallamos algún remedio a tanto mal…

Al entrarse todos se descubre por un lado la apariencia en que estará el Ángel, que podrá ser un nubarrón de papel con luces por dentro.

Ángel
No temáis, pastorcillos; deteneos.

Asústanse los pastores luego que ven al Ángel, y unos se hincan, otros se postran y todos se cubren la cara con las manos.





117


todos
¡Qué terrible resplandor!

Julia
¡Qué sobresalto!


Bras


¡Qué miedo!


Ángel
Otra vez, vuelvo a deciros
que no temáis, hombres buenos.

118 Ángel de paz soy. De parte
del Sumo Hacedor Supremo
1480 os vengo a anunciar el gozo
mayor que vio ningún pueblo;
y es que ha nacido esta noche,
humanado niño tierno,
el Salvador, que se llama
Jesucristo Señor nuestro.
Entre vosotros nació
este divino portento
en la pequeña ciudad
de David, que en este tiempo
1490 se conoce por Belén.



Id, pues; gozad placenteros tanto favor, tanta dicha
que tiene absortos los cielos.
Y para que conozcáis
en dónde está este embeleso, tendréis por cierta señal
ver en un pesebre, envuelto en unos paños, al mismo Niño Dios, redentor vuestro,
a cuyo feliz natal 1500
cantan la gala los cielos, anunciando al hombre paz cuando dicen con recreo:

Él y música Pax hominibus in terra, et gloria in excelsis Deo.

Cúbrese la apariencia y los pastores se levantan.

Fileno
¿Escuchaste, Bato, bien?

Bato
¿Oíste, Gila?














119



Julia


¿Oíste, Fileno?


Bras
¡Qué hermosura!


Celfa


¡Qué prodigio!


Gila
¡Qué garzón tan lindo y bello!

Fileno
120 1510 Paraninfo celestial, detén tu rápido vuelo…

Bato
¿Qué es paraninfo?


Fileno


Es el Ángel

que ha anunciado el nacimiento del Salvador.


Bato


¡Qué hermoso es!


Que va que yo me angeleo para volar por los agres
así como un buey ligero.

Celfa
Sólo el pobre de Bartolo
se quedó en ayunas de esto.


Bartolo
¿Yo quedarme? Sí, quizás, 1520
todo lo oyí muy completo.
¿Pues no dijo el angelito
que esta noche hecho hombre el Verbo en Belén nació?






121





eso dijo.

todos


Cabal:


Celfa
¡Qué portento! que un sordo tan rematado haya sanado tan presto.

Bras
Claro es que éste es un milagro,





pero los profetas nuestros
1530 lo habían predicho; y así no me ha cogido de nuevo.

Bato
¿Cómo así, Bras?


Bras


Sí, señor.

Isaías dijo, en efecto:
“Dios mismo vendrá a salvar,
hecho hombre, algún día a su pueblo, y entonces oirán los sordos,
122 lograrán vista los ciegos, hablarán claro los mudos y ligeros como ciervos
1540 los cojos y los tullidos saltarán”; y, según eso, es preciso oiga Bartolo
si nació el Salvador nuestro.

Fileno
Ésta es la primera vez
que acomodas bien un texto, pues siempre tú los amarras, cual dicen, de los cabellos.



Bato
Pues vamos para Belén a ver tan raro portento,
ya que Dios nuestro Señor 1550
nos lo hizo manifiesto.

Bras
Dices muy bien; vamos todos a ofrecer los dones nuestros.


Bartolo  Aprisa, vamos, amigos; pero ¿qué le ofrecemos, si somos pobres?



123



Fileno


No importa;

él es absoluto dueño de cuanto existe; jamás
necesitó bienes nuestros.

Bras
Así lo dijo David, 1560
me acuerdo muy bien del texto.


Bartolo
Es verdad; vamos alegres, pues este Dios niño tierno recibirá bondadoso nuestros afectos sinceros.

Menga
Así es; yo le ofreceré mi corazón.

Celfa
Yo lo mesmo.

124 Julia
Y todos llenos de amor al  suyo correspondiendo,
1570 alma, vida y corazón gustosos  le ofreceremos.

Fileno
Pues a Belén, pastorcillos, que allí la gloria se encierra, y entonemos con dulzuras.

todos (y música)
Gloria a Dios en las alturas y paz al hombre en la Tierra.


Se entran los pastores y se descubre el misterio, y siendo ésta la decoración más interesante, deberá ser la más vistosa y lucida. Saldrán los pastores con sus ofrendas y prevenidos de panderos. Gila llevará un corazón pendiente del cuello con un listón. Sal- drán de tropel y corriendo; pero al ver el misterio se detienen como asombrados, y luego llegan.

Bato
Aquí, pastores, aquí
está la gloria, lleguemos.


Gila
¡Ay, qué niña tan hermosa!

Julia
¡Ay, qué Señor tan modesto! 1580

Bato
¡Ah, mira, Gila, aquel buey cómo echa al niño su aliento!

Bras
Y lo mismo hace el asnito.

Celfa
¡Qué prodigio!



125



Menga


¡Qué portento!


Fileno
¡Qué resplandor! Esta noche se volvió esta gruta un cielo.

Julia
¡Jesús, qué niño tan lindo!

Fileno
¿Pues si es Jesús, no ha de serlo?

126 Gila

1590 ¡Ay, qué pucheritos hace! Yo le voy a dar un beso.
Menga


Celfa
Pues yo también…

Se arrojan todos al pesebre y Fileno los detiene.

Fileno
Deteneos, compañeros.
Sí, amigos, que este lugar casa es de Dios, y por cierto que en la casa del Señor hemos de estar con respeto.


Bras
Dices bien; para nosotros son preceptos tus consejos.

Fileno
Pues entonces, si os parece,
tome cada uno su puesto, 1600
y vamos de dos en dos
a ofrecer nuestros obsequios a estos bellos peregrinos
y a este niño de los cielos.

todos
Que se haga como lo dicta la prudencia de Fileno.


127


Se colocan en dos alas, y van saliendo a ofrecer de dos en dos los dones que dicen los versos.

[Fileno y Julia]
Fileno
Con afecto el más sincero te ofrezco, divino Niño,
aún más blanco que el armiño,
1610 este pequeño cordero.
Tal, Señor, te considero
con respeto el más profundo; cordero eres, y lo fundo, pero cordero de Dios,
128 pues venís a pagar vos
por los pecados del mundo.

música Pastores dichosos, alegres cantemos de este bello niño
1620 el gran nacimiento.



Julia
Señor, pues tanto has amado al miserable mortal,
que vistes hoy su sayal por librarlo del pecado, como bien significado en palomas el amor,
el mío os ofrezco, Señor, en éstas humildemente esperando que clemente
lo admitas, mi Salvador. 1630


música Felices, alegres, con tal regocijo cantemos la gala al recién nacido.

[Bartolo y Celfa]
Bartolo
Cuando todos los pastores mil dones ofrecerán,
yo os ofrezco sólo un pan,
¡oh, niño de mis amores!
Y con esfuerzos mayores
a mi corto entendimiento, 1640



129


ufano estoy y contento, pues me dice la fe pía que con pan harás un día el más alto sacramento.

música
¡Oh, dichosa culpa!,
¡dichoso delito!,
pues por ella el Verbo tal favor nos hizo.

Celfa
Pues Bartolo os ofreció
130 1650 pan, Señor, ¿qué ofreceré? Vino ha de ser, porque a fe que el vino al pan igualó; yo creo lo que él creyó
en portento tan divino,
y pues te muestras tan fino, con vino te he de obsequiar, ya que tú te me has de dar disfrazado en pan y vino.

música
Cantemos alegres,
1660 fieles pastorcillos,



[Bras y Menga]
Bras
Niño hermoso, gran Señor,
yo os ofrezco este cayado,
pues del cielo habéis bajado
para ser tan buen pastor.
Bendito sea vuestro amor
y vuestra feliz venida,
para dejar redimida
la humana naturaleza 1670
y buscar, ¡oh, qué fineza!, 131
a tanta oveja perdida.

música Las ovejas somos de este pastorcito, no nos apartemos
de su dulce aprisco.

Menga
Niño lindo, niño hermoso, niño de mi corazón: admite este corto don


1680 de mi cariño obsequioso.
Admítelo bondadoso,
que mi amor yo no limito, mas pues eres pastorcito, según que te llamó Bras, no dudo que admitirás este humilde sombrerito.

música
Pues tan amoroso
te vemos hecho hombre, sólo te pedimos,
1690 Señor, nos perdones.
132
[Bato y Gila]
Bato
Esta concha y esclavina mi afecto, niño, os dedica, pues ella bien significa vuestra vida peregrina.
No es mi voluntad mezquina;





mas no tengo yo, Señor, hoy otra cosa mejor
que poderos ofrecer
que esto, pues venís a ser
peregrino por amor. 1700

música
A ti, niña hermosa, divina María:
para bien sea todo, gloria y alegría.

Gila
En fin, mi Jesús amado, 133
a quien venero y adoro,
darte quisiera el tesoro
mayor que se ha imaginado.
Nada tengo de contado
por mi pobreza importuna, 1710
ni joya tengo ninguna
que darte en esta ocasión,
si ya no es mi corazón
que te ofrezco para cuna.

música
A ti también sea,


¡oh, casto José!, por dicha tan alta, todo parabién.

Mientras que los pastores bailan una danza con los panderos la música acompaña y durante la danza al compás se están repi- tiendo los versos que se siguen:

música
En fin, alegres pastores,
1720 con júbilo y alegría....

todos
134 Bendigamos ahora y siempre a Jesús, José y María.
Y pues tal gozo y recreo en esta noche se encierra: Pax hominibus in terra.

música
Et gloria in excelsis Deo. Cantemos la enhorabuena, y demos el parabién…


todos
De tan feliz Noche Buena
a Jesús, María y José. 1730

todos (y música)
Y pues cesó la cruel guerra del diablo y sus ataduras:

todos
Gloria a Dios en las alturas y paz al hombre en la Tierra.

135




NOTA













136

Las pastorelas y coloquios más celebrados tienen su Diablo como uno de los actores principales; y algunas no sólo tienen su Diablo sino sus diablos, pues suelen tener hasta siete.
Esto quiere decir que las mejores pastorelas y coloquios son endiabladas, llenas de impropiedades violentas, arrastra- das en su estilo, faltas de invención y, por lo mismo, dignas de excluirse de todo teatro público, como que pecan dere- chamente contra sus reglas, que son las del buen gusto. Yo las he visto delatables y quemables. Pudiera citar una a cuyos ensayos asistí, y en la que corregí no menos que una herejía que se cantaba y se escuchaba (no maliciosa sino ignorante- mente) en buena paz. ¡Qué tal sería una pastorela que in- cluía no menos que una herejía torpísima! Y sin embargo, se representó públicamente delante de un lucido concurso y con aplauso.
Otras hay tan lánguidas y zonzas, que su representación excita en el espectador tanto sueño como si se hubiera desve- lado cuatro noches seguidas.
Otras están tan llenas de bascocidades, que son bastantes a suplir por el emético más eficaz en los estómagos más resis- tentes. Si la pluma no se apartara del papel por la decencia, yo citaría alguna de la muchas estrofas indecentes que he es-



cuchado y prueban mi verdad; pero muchos testigos hay de ella para que no me imputen de calumniador.
Esto, la costumbre que hay de hacer tales representacio- nes por el tiempo de Navidad y la insolencia con que he visto representar estos despilfarros, me animaron a escribir la pre- sente pastorela, que presento al público, si no libre de defec- tos, a lo menos purgada de los más groseros que he notado en otras. Supongamos: mi Diablo es un Diablo cristiano, nada blasfemo ni atrevido, ni tiene que tratarse de tú por tú con san Gabriel ni otro de los santos ángeles. Él es medio veró- nico y se deja engañar de los pastores, pero no les hace trave- suras ridículas ni muy pesadas. Mis pastores son sencillos y a veces tontos; pero no obscenos ni blasfemos.
En fin, la pastorela presente tiene impropiedades como todas, pero no escandalosas ni impasables como las más; y yo me contentaré con que logre igual indulgencia que sus antepasadas.














137

[José Joaquín Fernández de Lizardi]









Nota editorial

sta edición está basada en la primera que hizo El Pen- sador Mexicano en 1817, impresa por Mariano de Zúñi-
ga y Ontiveros; mientras que la versión que aparece en el tomo II de las Obras de José Joaquín Fernández de Lizardi (unam, 1965) se basó en la edición impresa en 1850 por Luis Abadiano y Valdés. El único ejemplar conocido de la edición original se halla en el acervo de la British Library, en Londres.



139




Índice
Presentación 7 Pastorela en dos actos
Acto primero 11
Acto segundo 91
Nota [José Joaquín Fernández de Lizardi] 136
Nota editorial 139
























Lectura de primeras planas: Stella Cuéllar Coordinación de ilustración: Mercedes Flores Reyna
Composición tipográfica: Guadalupe Martínez Gil Diseño de portada: Itzel Nájera Luna
Cuidado de la edición: Felipe Reyes Palacios Ilustraciones: Dalia Valeria Sánchez Bernal

















Pastorela en dos actos,
editado por el Instituto de Investigaciones Filológicas, siendo jefa del Departamento de Publicaciones Carolina Olivares Chávez, se terminó de imprimir el 10 de abril de 2015 en los talleres  de Desarrollo Gráfico Editorial, S. A. de C. V., ubicados en Municipio Libre 175,
colonia Portales, delegación Benito Juárez,
México, D. F., C. P. 03300.

Tipografía: Adobe Garamond Pro de 11 puntos y Mr Eaves Sans OT
de 17 puntos.

La edición consta de 1 000 ejemplares impresos en papel Bond blanco de 120 gramos mediante el sistema de impresión offset.


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