“¿Por qué el topo vive bajo la tierra?” en Mireya Cueto
Hace mucho tiempo, según se dice, el Sol se iba aproximando a la
Tierra, de modo que cada día quemaba con más fuerza y las plantas se secaban.
Sucedió entonces que unos campesinos quisieron detener al Sol porque les había
destruido sus siembras. Pero no pudieron hacer nada pues el Sol los quemó.
Se cuenta que después se reunieron los animales más astutos y fuertes
de los bosques y las selvas. Eligieron al león, por ser el más fuerte, para que
detuviera al Sol, y dijo el león:
-Yo detendré al Sol, así me juegue la vida.
Pero no pudo hacer nada porque se quedó inmóvil. Siguió el coyote y
tampoco logró nada. Así fueron pasando todos los animales. Al fin sólo quedaba
el más pequeño de todos, el que actualmente conocemos con el nombre de topo, y
dijo:
-Yo, el más pequeño de todos y el más débil, haré un esfuerzo por
detener al Sol; aunque no estoy seguro de lograrlo, demostraré que también
tengo valor.
El topo se dispuso a detener al Sol. Amontonó ramas, espinas, palos y
toda clase de objetos que encontraba a su paso. El Sol seguía quemando, pero el
topo no se daba por vencido. Siguió adelante en su tarea hasta que logró
detener al Sol. Nada más que nadie quedaba para felicitarlo por su triunfo, que
para él había sido el más grande de su vida.
Fue tanta su sorpresa que cuando levantó la vista y vio al Sol, se
quedó ciego. Pero no le importó. En eso oyó una voz que decía:
-Has quedado ciego, has perdido la vista por salvar a tu pueblo, pero no
te preocupes porque ya no vas a necesitar ver. Te voy a premiar; he escogido
para ti otro camino y tú ya jamás vivirás sobre la tierra, sino que te irás por
ese otro camino.
Se dice que aquella voz fue la de Dios, Nuestro Señor, y que el camino
que le designó al topo iba a dar debajo de la tierra a unas cuevas oscuras que
él mismo hace y donde actualmente vive.
“¿Por qué el topo vive bajo la tierra?” en Mireya Cueto (comp.),
Cuéntanos lo que se cuenta. México, SEP-CONAFE, 2006.
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