Cuento sobre bullyng .acoso escolar
En cierta ocasión un grupo de niños
de un colegio estaba de excursión. Prácticamente todos jugaban a la pelota,
menos Moncho, al que veían como un chico tontorrón que no servía para otra cosa
que para reírse de él. Y es que no le gustaban ni las peleas, ni los deportes,
ni nada de nada, ¡ni siquiera se defendía cuando le pegaban!. Era tan raro, que
ni siquiera aquel día jugaba al fútbol como los demás. Y la única vez que dio
al balón, lo hizo tan mal que acabó en una pequeña cueva. Cuando entraron por
la pelota, en su interior descubrieron un cofre con un enorme libro del que
salía un brillo especial. Corrieron a llevárselo a la maestra, quien lo
encontró fascinante, y acordaron leerlo en clase a lo largo de los días
siguientes.
El libro se titulaba "los
grandes dones", y contaba maravillosas historias y cuentos acerca de
grandes inventores, maravillosos artistas, sabios escritores y aventureros y
buscadores de tesoros. Con cada historia, los niños abrían aún más los ojos, y
quedaban encantados con aquellos personajes con dones tan especiales.
Hasta que llegaron a la última
página del libro, la que contaba el origen de aquellos grandes personajes. La
maestra leyó:
"Existe un lugar en el cielo
llamado la fuente de los corazones, donde antes de nacer a cada corazón se le
asignan sus muchos dones. Más o menos un poquito de cada cosa, para conseguir
personas normales. Pero de vez en cuando, algo sale mal, y algunos corazones
llegan al final mucho más vacíos. En esos casos, se rellenan con un último don
que convierte esa persona en excepcional. Pueden faltarle muchas otras
cualidades; en muchas cosas será distinto del resto y le verán como un niño
raro, pero cuando llegue a descubrir su don especial, sus obras pasarán a
formar parte de estos libros y cuentos."
Cuando cerró el libro se hizo un
largo silencio en clase. Mientras todos pensaban en sus propios dones, Moncho
salió con una de sus rarezas:
- ¿Y si te hacen un transplante y
te ponen el corazón de un cerdo, tendrás cualidades de cerdo? - preguntó todo
serio.
Todos sintieron unas enormes ganas
de reír, pero entonces, al mirar a Moncho, comprendieron que era él
precisamente uno de aquellos casos tan especiales. Y sintieron pena por cada
una de las veces que se habían reído de su torpeza y sus cosas raras. Desde
aquel día, nunca más trataron de burlarse de Moncho, y entre todos trataban de
ayudarle a descubrir su don especial, que resultó ser un talento artístico
increíble que le convirtió en el pintor más famoso de su tiempo.
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