Carta de Frida Kahlo desde el hospital a Diego Rivera


diego y frida
El amor es un sentimiento tan sublime y a la vez tan efímero que ni los mismos enamorados logran comprenderlo, esas sensaciones, emociones y hasta fantasías es lo que hace que el ser humano ame estar enamorado, pero cuando ese sentimiento se torna en amor, no como valor, no como sentimiento, no como maldición, no como emoción, cuando se torna en una forma de vida el amor ha cambiado totalmente tu vida y la de la otra persona, ya sea para bien o para mal, insisto cuando el amor es mutuo no habrá nada ni nadie, ni tormentas que puedan destruir, derribar o envenenar ese amor, cuando a pesar de todo y de todos, incluso de las tormentas más difíciles el amor sobrevive y no muere.

Un amor por demás extraño pero sobre todo fuerte y honesto, era el que se tenían dos de los mejores representantes del arte mexicano, además de ser extravagantes y siempre fieles a sus ideales, lograron conjuntar sus vidas a pesar de tener caminos totalmente similares pero opuestos, ese amor que se tuvieron a lo largo de su relación es el amor que tal vez muchos quisiéramos padecer, claro sin tanto drama y sin lastimarse.

Esta es la carta de que Frida Kahlo le escribe a  Diego Rivera antes de la amputación de su pierna y después de haber realizado su exposición individual en la Galería de Arte Contemporáneo y antes de su muerte. Después de haber perdido parte de la pierna, Frida se dedicó a escribir poemas tratando de subir su ánimo por demás decaído e incuso tocado por varias ideas de suicidio.

diego y frida parados

La historia de Frida Kahlo al lado de Diego Rivera es por demás conocida, la forma en la que se conocieron, mientras él realizaba un mural, su manera de cortejarla y el matrimonio que llevaron a cabo, en donde se decía que era un matrimonio entre una paloma y un elefante, esa era la forma en la que hacían una analogía de sus grandes diferencias, algunos podrán decir que su amor era enfermo, pues Frida le perdonó varias infidelidades  Diego, incluso con una de sus hermanas, más tarde la relación no pudo seguir y se divorciaron para después regresar y volver a casarse para permanecer juntos hasta el final de sus días, los de ella claro está.

Finalmente Frida Kahlo murió un 13 de julio de 1954 a causa de una insuficiencia respiratoria.

Y aquí la carta, la cual muestra el gran amor y a su vez el hastío que tenía hacia Diego Rivera:

    México, 1953

    Sr. mío Don Diego:

    Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurarmee pero yo estoy resuelta a terminar esta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.

    No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno…no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres…¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que encabrone por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Porquée no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada…

    Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” te mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.

    Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.

    Se despide quien le ama con vehemente locura,

    Su Frida

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