El zoológico decimal. Poesía popular huasteca
Acamaya
Escondida y temerosa, alerta de la tarraya, nada la pobre acamaya, como
huésped de una poza. Por si alguna red la acosa, no hace más que recular, para
poder escapar de los tantos pescadores, que saben que sus sabores son excelente
manjar.
Armadillo
Con tan afiladas uñas -no necesita de lijas— y con cuerpo de vasija,
aunque no es gato, rasguña con sus patitas de cuña.
Es de complexión muy choncha, tan dura que no se poncha, ni se rompe
con martillo.
Mas, con esto, el armadillo se la pasa haciendo concha.
Caimancito
Disfrazado en un estero, un caimancito lloraba. Lagrimones derramaba
por no hallarse un compañero con el cual jugar primero, pues se quedó sin
hermanos, por culpa de los humanos, que por hacer más zapatos hoy los cazan
cada rato, pa dejar solo el pantano.
¿Por qué esto se llama el zoológico decimal?
Eduardo Bustos, El zoológico decimal. Poesía popular de la Huasteca.
México, SEP-Artes de México, 2006.
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